viernes, 13 de enero de 2012

EDXCV-2012: Mensaje de Win Jansen, Jefe del Departamento Latinoamericano de Radio Nederland

Radio Nederland ha sido invitada a este evento a hablar entre otras cosas de comunicación a San Cristóbal, la Ciudad de la Cordialidad. Es imposible ser cordial sin comunicación. Damos por hecho todo lo que podemos encontrar en Internet sobre la historia de la radio en general, más lo que ustedes saben. Por eso nos vamos a referir exclusivamente a la historia de Radio Nederland, y a través de esta intentaremos trazar un panorama más amplio que abarque al conjunto de las comunicaciones.

En cuanto a lo nuestro, las transmisiones en español hacia España y América Latina, comenzaron en 1947. Es decir, este 2012 cumpliremos 65 años de presencia permanente en esta región. En las primeras tres décadas fueron dos los signos decisivos de nuestras producciones: portadores de buena voluntad y transmisiones en Onda Corta. 

Buena voluntad porque la estrategia estaba basada en la difusión cultural, en la música, en las artes, así como en la divulgación de la riqueza histórica, arquitectónica, y natural de Holanda. Esa imagen de acercamiento fraterno nos hizo de amigos en todas partes, principalmente de jóvenes y adultos que hicieron del diexismo una pasión, que se renovaba cada noche al caer sol y en los cuartos se iluminaban los receptores y transmisores de uso casero. 

La Onda Corta nos traía, cerca de la medianoche, noticias de al otro lado del océano, y nos hacía soñar con culturas distintas. Viajábamos imaginariamente por el mundo entero, sin movernos de casa, con las voces que llegaban de lejos. Fue también una época de esperanza, de reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial.

Esa imagen experimentó a mediados de los setenta cambios decisivos. La entronización de dictaduras militares en muchos países latinoamericanos hizo imposible la indiferencia. El dolor, la libertad pérdida, la persecución, reclamaban una respuesta informativa de quienes se decían demócratas. Fue así como Radio Nederland decidió imprimir un sello periodístico a sus transmisiones, alejado de los propósitos propagandísticos que viajaban por el éter, desde los Estados Unidos o desde la ex Unión Soviética. Este sendero plural que caminamos es el que mantenemos hasta hoy. Fueron años de denuncia, de información veraz de lo que sucedía en países dominados por la censura y el silencio.

Permítanme compartir con ustedes un recuerdo personal. En 1978 viajé durante un año, como joven periodista, junto a mi novia, por América Latina, haciendo uso del transporte público. Desde México a la Patagonia, y a través de Brasil y el Caribe de vuelta a México. Lo más importante que llevaba en mi mochila, además de cuadernillos de notas, era un receptor de Onda Corta. Cada noche, cuando habíamos encontrado un lugar para dormir, desplegaba la antena de diez metros de largo e intentaba encontrar la señal de Radio Nederland o de alguna otra emisora de onda corta, que se escuchaba con mucha interferencia. En aquella época, la onda corta era la única fuente de información fiable en muchos países.

En los ochenta las noches de las botas y los fusiles cedieron paso a los días de la democratización, y Radio Nederland acompañó estos procesos con entusiasmo y crítica hasta nuestros días.

Coincide este período con la aparición de dos nuevos instrumentos de transmisión: primero el satélite, e Internet inmediatamente después. Esta última, más que el primero, transformará, no únicamente el mundo de las comunicaciones, sino el mundo en general. 

Pero vamos por partes. El satélite nos abre las puertas de nuevos socios. Las emisoras de América Latina y El Caribe pueden recibir la señal, desde Holanda, sin interferencias y en calidad FM. Comienza a surgir una red que alcanzará a toda la región, con más de 650 emisoras, comerciales, regionales, locales, universitarias, comunitarias. Nuestro propósito es, desde el primer minuto, ser complemento de las emisiones propias. Nunca un sustituto y nunca un objetivo escondido. La audiencia de Radio Nederland, que había sido hasta entonces de élite, (recordemos que no son las mayorías quienes escuchan Onda Corta) se hace masiva con las retransmisiones de las radios locales.

Internet es otro cuento. Lo es porque por vez primera en la historia aparece un medio que abarca a todos los demás. Texto, imagen, sonido, gráficos, se concatenan para ofrecer lo que podríamos llamar: la “comunicación total”. Nuestra página intenta ofrecer, precisamente, todos estos recursos de expresión.

Permitan aquí otra vez una observación personal. En noviembre del 2010, inicié medio año sabático para hacer nuevamente un viaje por América del Sur y Central con mi misma novia de entonces, que la mantengo. En mi camioneta Volkswagen llevaba un receptor de onda corta. Pero durante los 180 días que viajaba este precioso continente, no escuché ni una sola vez la onda corta. ¿Por qué? ¿Se había terminado mi amor por la onda corta? No. Había una alternativa: en la mayoría de los casos la calidad de recepción de las emisoras de radio locales era excelente. Y a menudo tuve conexión de internet en mi iPad. En una gasolinera en Tierra del Fuego o en el parqueo de un hostal en Yucatán, y así pude leer las últimas noticias e incluso escuchar la radio local holandesa.

¿Significa todo esto que asistimos a la muerte de la Onda Corta? Vamos a decirlo muy fuerte: No. Pero sí asistimos a su declive. Y el matiz es importante. No es la muerte porque la Onda Corta posee tres cualidades, que por ahora, son insustituibles: su acceso difícilmente puede ser obstaculizado de forma voluntaria. Con otras palabras, los enemigos de la libertad tienen serios problemas para interferir las transmisiones de Onda Corta. Allí, donde hay ausencia de libertad, la Onda Corta, es la aliada de los demócratas. La otra cualidad es que necesita de poca tecnología para transmitir en situaciones de emergencia, sean estas catástrofes naturales, o crisis humanitarias. Asimismo la Onda Corta alcanza a los lugares en donde todavía falta de todo, entre ellos el acceso a la electricidad.

¿Somos los de Radio Nederland partidarios totales de las nuevas tecnologías? Sí y No.
Sí, porque las nuevas tecnologías abaratan nuestros costos de producción. Son considerablemente más económicas que los instrumentos clásicos como la radio analógica, el periódico, e incluso la televisión. Su calidad es tan alta que permite llegar con el mensaje del mejor modo posible hasta la fecha. Su rapidez es tan alta que prácticamente ha eliminado las conjugaciones del pasado y el ahorita, en este mismo instante, es real y puede darle la vuelta al mundo en cuestión de segundos. También las nuevas tecnologías han aumentado las expectativas de la gente que ahora tienen acceso al mundo y quieren participar de él. Ese conocimiento adicional al cual acceden produce más demandas. Es síntesis, es muy difícil ser periodista y ser adversario de las nuevas tecnologías.

Y no, porque los fundamentalistas de las nuevas tecnologías creen que éstas van a solucionar todos los problemas de este mundo, y eso es mentira. No, porque ahora se ven y destacan solamente las virtudes y no nos damos el tiempo suficiente para criticar sus deficiencias. Por ejemplo, la reducción de los mensajes amenaza con hacernos seres humanos carentes de contexto y perspectiva histórica. El saltar o cambiar en un lapso de tiempo mínimo de un mensaje a otro, no nos hace más inteligentes, sí más rápidos en reaccionar, pero con menor profundidad. Por otro lado Internet propicia lo digerible de inmediato, sobre todo si es entretenido y divertido. La entretención y la diversión son parte sustantiva de los medios de comunicación, pero no exclusivamente. A veces enterarse realmente de algo requiere un esfuerzo mental y una dedicación menos graciosa. 

No, y este no es grande, en América Latina, según Latinobarómetro, un 15 por ciento usa Internet. Lo que se diferencia notablemente de la radio y la televisión, que superan el 70 por ciento, cada una. La tradición oral, tan presente en la historia de estas tierras incide en los gustos culturales de la gente y hace de la radio su compañera favorita. Qué mejor que tener una amiga que no molesta, que no nos aburre, que nos consuela siempre con sus palabras y su música. Que nos cuenta los chismes de última generación y no es invasiva de nuestras labores cotidianas.

Además, el informe 2011 de Latinobarómetro dice que después de iglesia, la radio es la institución más prestigiosa del subcontinente. 

Regresemos ahora a Radio Nederland, que como ustedes saben enfrenta hoy el mayor desafío de su historia. De 46 millones de Euros anuales de presupuesto bajaremos a 14 millones en el 2013. Es una reducción del 70 por ciento. Departamentos enteros serán cerrados, zonas completas del mundo dejarán de escuchar, leer o ver nuestras producciones. Los rigores de la crisis económica, la visión política de algunos partidos, y muchas veces el desconocimiento de la importancia del medio, ha terminado por conducirnos a esta ingrata realidad.

La pregunta es ¿qué pasará con el Departamento Latinoamericano? No está del todo claro. Lo que sí sabemos es que continuaremos con nuestra presencia en la región aunque con un equipo más reducido de colaboradores. También sabemos que el tema central de nuestras producciones será la libertad de expresión. Pese a la exclusividad del tema nos parece una decisión acertada, especialmente si pensamos en América Latina. El año que acaba de concluir ha sido el más trágico para el periodismo latinoamericano. Más de 235 colegas han sido asesinados por el solo hecho de intentar contar la verdad. A veces miembros del Estado, muchas veces el crimen organizado, otras las organizaciones paramilitares o guerrilleras han preferido disparar que hablar.

La libertad de expresión está en tela de juicio en varios países. Las limitaciones y defectos ciertos de los medios han servido de excusa para que los gobiernos critiquen, tomen medidas, dicten leyes, presionen y persigan a los comunicadores. Han optado por el enfrentamiento y no por la búsqueda de soluciones más democráticas. ¿Cuáles? 

Por citar solo una, la creación de Comisiones Nacionales de Funcionamiento y Verificación, que no estén bajo la tutela del Estado pero que impidan la impunidad cuando los comunicadores o los medios se exceden en sus funciones o comenten francos delitos.

La libertad de expresión es uno de los pilares de la democracia y atentar, desde cualquier lado, en contra de ella, es atentar en contra de la democracia.

Ustedes son diexistas, pertenecen a esa categoría de seres humanos que dedican parte de su tiempo a escuchar, vale decir, son más conscientes que muchos del valor de la palabra, del valor de los medios de comunicación que sirven a la sociedad y no la perjudican.

Valor de la palabra, comunicación para hermanar y conocer el mundo. Es decir, diálogo y fraternidad. Ese es el mejor diexismo que necesitamos. Muchas gracias.

Wim Jansen, Director del Departamento Latinoamericano de Radio Nederland.
7 de Enero del 2012

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